Inspiración, Matrimonio

¡Jubileo del Amor y la Esperanza: 10 años de matrimonio y 10 invitaciones para profundizar en el amor de pareja!

Cuando termina nuestra sesión de terapia, mi amado Rafa voltea y con toda la calma en su voz me expresa: “No tienes que cargar el mundo entero tú sola.”

Sus ojos me expresan con una honda sinceridad que, “vamos juntos en este arte de la vida, el matrimonio y ser papás”. Seguido de un: “osita bobita”, que a los dos nos dobla de risas, mientras corren lágrimas sanadoras por el rostro.

Son ya diez años de haber dado un “sí” para la eternidad, sin imaginar toda su complejidad y las pequeñas/grandes entregas de cada día. Diez años en que los pasos se han tornado en esfuerzos por formar nuestro “propio camino como esposos y familia”. De hacer nuestra propia mezcla de errores, aciertos, tradiciones, disculpas, oraciones y danzas de la vida, que han sido enriquecidas por pura Gracia y Amor de Dios, a través del Sacramento que recibimos.

E intentar, con todas nuestras fuerzas y fragilidades, ser signos visibles del amor de Dios en medio de un mundo que está acostumbrado a divorcios, infidelidades, rupturas familiares y problemas sin resolver (ya no se diga hablar de ellos), ha sido un camino de humanidad compartida, mezclada con mucha Gracia derramada, que sale a nuestro encuentro una y otra vez, dejando valiosas huellas y grandes aprendizajes.

Pero sobretodo hemos sido testigos, de cómo Dios nunca nos abandona en las peores tormentas que se puedan atravesar.

“Que te alaben Señor, en sus alegrías;
que te busquen en sus tristezas;
que en sus trabajos, encuentren el gozo de tu ayuda
y, en la necesidad, sientan cercano consuelo;
que te invoquen en las reuniones sagradas;
que den testimonio de ti entre los hombres
y, después de una larga y feliz vida juntos,
lleguen al Reino de los cielos,
acompañados de quienes hoy comparten su alegría.”

Oración por los esposos.

Comenzamos terapia juntos, poco antes de la Pandemia. Vaya que este espacio de una hora a la semana, ha sido un refugio grande para el alma de cada uno. Se ha vuelto un espacio de calma y seguridad donde el corazón puede escuchar todo lo que va cagando el otro, y la mayoría de las veces leemos tan equivocadamente.

«Vamos juntos en este arte de la vida,
el matrimonio y ser papás.»

Nuestros corazones han tenido que practicar una y otra vez el arte de la vulnerabilidad; dejarse sostener, amar y cuidar por el otro, que así lo prometió para la eternidad.

Ambos hemos tenido que rendirnos a la tendencia de “huir”, “quedarnos callados”, “tener enojos y reclamos volcánicos”, y tantas otras maneras en las que sólo se agrava la relación y la distancia entre dos corazones, que realmente buscan amarse.

Pero hay que aprender, como bien expresa San Pablo, lo que es el amor. Hay que aprender y practicar toda herramienta que nos una y acerque más.

«El amor es comprensivo,
el amor es servicial y no tiene envidia:
el amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor, no se alegra con la injusticia,
sino que goza con la verdad.”

1ª Corintios 13, 4-6.

Quizás una lista no sea suficiente, probablemente tendremos que escribir un libro sobre estos diez años, pero por ahora queremos compartir nuestras herramientas con toda pareja y matrimonio, que van caminando como nosotros, en un mundo complejo y necesitado de más rostros y matrimonios que reflejen el gran AMOR DE DIOS.

  1. Dios como el primer gran amor de cada uno.

Es indudable que cuando Dios va al centro del corazón de cada hombre y mujer, la relación toma el sabor de un mejor vino. Cuando cada uno ha tenido un encuentro personal con Dios, un camino recorrido de búsqueda y unión con su primer gran Amor, entonces el encuentro entre dos personas tiene un manantial de AMOR sólido, para comenzar a caminar como pareja y/o matrimonio.

¿Qué tan presente tienes a Dios en tu vida?

¿Es Él y sólo Él, tu primer gran amor?

  1. Emplea todos los recursos posibles, sobretodo en tiempos difíciles: oración, terapia y comunidad.

La oración será el oxígeno del alma de la pareja, una luz de cálida certeza para el camino.

La terapia será un lugar seguro para aprender a sentir y expresar sanamente las emociones, y usar palabras que acerquen profundo los corazones.

La comunidad será un sostén de cariño, apoyo, recursos, y encuentros para seguir fortaleciendo el camino cuando alguno quiera simplemente dejarlo todo y marcharse, o esté muy confundido. También para compartir buenos recuerdos que fortalecerán aún más su unión.

  1. Escuchen, lean o aprendan de otras parejas.

Cuando nos hemos detenido en un buen libro sobre el matrimonio, o la historia de alguna pareja (recientemente aprendí mucho sobre los papás de Santa Teresita de Lisieux; Luis y Celia Martín, que por cierto no tuvieron un matrimonio sin retos). Nos damos cuenta que “no somos la única pareja que”… se enoja, tiene retos, ha vivido pérdidas de todo tipo, ha atravesado enfermedades o decisiones complejas, etc. Y podemos aprender de cómo confiaron, a quién acudieron, o qué hicieron en tiempos de desolación, cómo fue su proceso al atravesar alguna dificultad, cómo fueron transformados y renovados en su amor. (Luis y Celia Martín compartían la misa diaria y se acompañaron en la pérdida de varios hijos, confiando en Dios).

El matrimonio es un amor que puede atravesar grandes tormentas y salir aún más fortalecido y renovado en su misión.

  1. No dejen de hacer pausas (aunque sea forzadas) para entrar en comunión.

La vida nos puede llevar en su corriente de prisas, pendientes y trabajos interminables. Pero es el corazón quien sufre cada vez más el “aislamiento” de no poder pausar y compartir con el amado/amada.

Un abrazo profundo una mirada sincera, un beso prolongado, una caricia sorpresa, una palabra de elogio…todo ello nutre más de lo que pensamos.

  1. Tengan un hobby juntos y cultívenlo

Quizás disfruten de la naturaleza (en este hogar nos encanta), o de algún tipo de ejercicio, del teatro, de la música, de la lectura o cocinar juntos. O incluso aprender algo que jamás contemplaron.

Es hermoso buscar conectar, recrear el corazón y la mente, para hacer espacio en la vida de pareja y ponerle un gran toque de diversión, risas y comunión.

  1. Crear sus propias tradiciones familiares

Algo realmente hermoso es crear “nuestras propias tradiciones familiares”. Cada Diciembre en esta familia, nos encanta sumarnos a la comunidad y repartir pollos para Navidad a familias de escasos recursos. Ha sido algo que gozamos hacer en familia, disfrutamos ver a los niños involucrarse y saber que pueden ayudar a otros. Al final del día regresamos a casa con el corazón lleno de gratitud y listos para disfrutar de una cena sencilla, con cantos y oración.

Otra tradición ha sido nuestro “Family time”, así le llamamos a esos días especiales con alguna actividad, viaje, o tiempo especial entre los cuatro, para agradecer, atesorar momentos y compartir historias con nuestros hijos.

¿Qué tradición te gustaría comenzar en

tu matrimonio, familia, hogar?

  1. ¡Sanen, sanen, sanen!

Sanen y trabajen en todos esos patrones familiares que no quieren repetir, prolongar o heredar. Todo aquello que ha lastimado (sin culpar o guardar rencor a nadie) sino sintiendo mucha compasión a lo que nuestro linaje ha podido hacer o no, para trabajar en sus propias heridas.

¡Sí está en sus manos! Hagan todo lo posible por comenzar a hacer algo distinto, poniendo manos a la obra para sanar, redimir y heredar patrones más saludables. Así, ustedes y sus hijos, aprenderán a relacionarse mucho mejor.

Estoy convencida que uno de los regalos más valiosos, que podemos darles y enseñarles a nuestros hijos, es el arte de sanar.

¿Qué necesitas sanar?

¿Qué patrón familiar, necesitas trabajar, sanar y liberar?

  1. Cuiden y respeten sus espacios personales

Mi esposo sabe que su amada esposa, necesita al menos una vez al año un espacio de completo silencio y oración (mejor aún si es un retiro de una semana con mis queridos Jesuitas).

Y yo también sé lo importante que es para mi amado esposo el contacto con la naturaleza, subir alguna montaña de vez en cuando, o dejar la agenda libre sin correr a algún compromiso.

Ambos espacios son válidos, son necesarios, pues nutren el alma de cada uno para darnos mejor como esposos, padres, profesionistas. Es la forma en la que cada uno hemos aprendido a escuchar a Dios, poner orden en el corazón y tomar fuerzas para la entrega de cada día.

Son espacios sagrados para cada uno, por eso los cuidamos y respetamos. Y cuando es posible, también los acompañamos.

«Hemos sido testigos, de cómo Dios nunca nos abandona en las peores tormentas que se puedan atravesar.«

  1. Que la risa sea su medicina y la sonrisa una bendición

Una de las más valiosas cualidades de mi esposo, es el sentido del humor. Sus comentarios o bromas nos hacen reír cuando menos lo esperamos, bajando la tensión que pudo haber terminado en un mal momento.

La risa me ha ayudado a tomar una nueva perspectiva de las dificultades y bromear sanamente, como yo creo que Jesús lo hacía con sus discípulos.

Cada vez que mi esposo me ve reír me expresa: “me encanta verte sonreír”.

Una sonrisa puede ser una gran bendición para los que tenemos cerca, recordándonos ir más ligeros y alegres en el camino…aún con baches.

  1. Recuerden que no cargan el mundo solos.

Aquél día en que mi esposo me recordó “no cargar el mundo yo sola”, sentí una ligereza muy grande en mi corazón. Jesús mismo lo expresó: “Estad seguros que yo estaré con ustedes, día tras día, hasta el fin del mundo.” (Mt 28,20).

Querida pareja o matrimonio que lees esto, Dios ve y sabe de los retos, dificultades, decisiones y/o quebrantos que atraviesan…y nunca los dejará solos. ¡Confíen, crezcan y ámense aún más!

“En el mundo, tendréis tribulación.

Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.” (Jn 16,33).

Jesús nos recuerda.

Vaya que ha sido un gran recordatorio estos 10 años de matrimonio, pues las tribulaciones han venido, por oleadas y llenas de intensidad, con quebrantos y reacomodos. Con grandes lecciones, y a la vez con más unión, más cercanía, más enfoque, más fuerza y más gracia de la que jamás hubiéramos pensado.

Nos reímos de las ironías de la vida, pues el día de nuestra boda se celebra litúrgicamente el “Martirio de San Juan Bautista” . El primo incómodo que murió decapitado, a manos de gente orgullosa que cometía errores que no querían reconocer, ya no se diga arrepentirse y dejarse bautizar por el espíritu.

«Confíen, crezcan y ámense aún más!

Nuestro matrimonio ha vivido sus martirios también. Sabemos de esos tratos injustos por generar incomodidad y anunciar un patrón distinto que ha comenzado hace 10 años y seguirá creciendo en torno a Dios, a la verdad, a la belleza, al bien.

¿Y sabes algo?… por nada cambiaría haber dicho “sí” y seguir tomando cada día el corazón de mi esposo, para caminar esta aventura de vivir, amar, ser papás, y anunciar a Dios, a un mundo muy sediento de su presencia entre nosotros.

Es cierto, y mi corazón lo nota aún más con el paso de los años; no cargo el mundo, ni las penas o retos, sola. Voy al lado de alguien que ha ido aprendiendo conmigo a madurar en el amor, añejarlo mejor, y dar frutos para nuestra familia y Gloria de nuestro Dios.

¡Así lo pedimos. Así lo hemos vivido. Así lo deseamos!

La tarde cae, con una dulce promesa… “el amor dura por siempre.” (1.co 13,8).

Mariana López.

Con profundo amor, a mi amado esposo. ¡Gracias por 10 años de ser hogar y subir montañas, aún cuando no quiero! 🙏🏻😘❣️

¡Gracias Dios por estos años de vivir la vocación donde puedo florecer en gran amor. Por tu fidelidad y gracia constante, por no soltarnos en medio de los martirios y las promesas renovadas!

¡Gracias María, San José, Jesús; por tomarnos entre sus manos y su familia y hacernos UNA familia con ustedes!

¡Gracias por dos maravillosos frutos, Fran y José María, es un gozo cansarnos, entregarnos por amor, y crecer junto a ustedes!

¡Gracias Vicos, Hermana Carina, Jorge Atilano SJ, Juan Pi SJ, compadres y hermanos del corazón, por estar al pie del cañón con su compañía, cariño, oración, alegría, recursos y risas, enriqueciendo el camino recorrido! ¡Dios los bendiga!

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No puede faltar la música para celebrar y una oración para todo matrimonio.

Da click sobre las letras negras para escuchar la música.

«Contigo me la juego» – Álvaro Fraile.

«Won’t start now» – Seph Schlueter.

Oración por los esposos:

«Que el Señor os llene y os haga rebosar de un
amor mutuo y hacia todos los demás.»

San Pablo. 1 Tes 3, 7-13

Amados San José y María, el suyo fue un matrimonio puro, santo y unido. Ayúdenos a seguir sus pasos en nuestro matrimonio, a amar hasta el extremo, a confiar – aún en medio de las dificultades y/o retos – al Dios que siempre nos sostiene y bendice. ¡Que nuestro matrimonio, a ejemplo suyo, sea cada vez más puro, más santo, más unido a Dios! Pedimos confiados su bella intercesión. Amén. 🙏🏻🤍🙏🏻

2 thoughts on “¡Jubileo del Amor y la Esperanza: 10 años de matrimonio y 10 invitaciones para profundizar en el amor de pareja!

  1. Paola dice:

    Hermosaaa reflexión, gracias Mariana, y mil felicidades por estos 10 años de ser uno, de sumar su carga a sus espaldas. Bendita casualidad
    que sigan siendo farmacia uno de otro para seguir encontrando el remedio juntos, con todo el amor. Un abrazo enorme y mi oración por tu linda familia

  2. Angelina Muñiz-Liedo dice:

    Querida Mariana, que preciosas palabras, que hermosas fotos, the bendecidos han sido por Dios tu y Rafa en estos 10 años. Mil gracias por compartirme la belleza del recuerdo pasado y el valioso testimonio de la presencia de Dios en sus vidas. Hoy a Él, a la Virgeny a San José les pido que los sigan bendiciendo cada día y que su amor siga creciendo bajo el esplendor de la gracia. Que a través de ustedes muchas otras parejas descubrian ese camino de felicidad en sus matrimonios, felicidad que surge, como en el caso de ustedes, de vivir el sacramento del matrimonio enraizados en el amor de Dios. Desde Vancouver, les mando un abrazo lleno de cariño y mi oración por otros muchos años de felicidad matrimonial.

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