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¡Si pudieras pedir algo en tu Maternidad, ¿qué sería?! – Por: Susana Vega.
Diez de cada diez mamás, responden esto: «Tener más paciencia».
¡Y cómo no! Si las mamás hacemos de todo en un mismo día: nos encargamos de casa, hijos, marido, amigas, escuela, trabajo… y la lista nunca termina.
Pero haz un alto y ponte a pensar: realmente, ¿CÓMO estás? ¿Cansada, estresada, con mil cosas que hacer y al mismo tiempo con ganas de no hacer nada?.
Tristemente el mensaje que la cultura y la sociedad manda a las mamás, es que debemos ser “super mujeres y super mamás”. Yo estoy en contra de este estereotipo porque eso significa que tenemos que vivir sobresaturadas, haciendo todo a la vez y sin ayuda (porque recuerda que somos súper heroínas, entonces no necesitamos ayuda). El resultado es vivir cansadas, hartas, queriendo que el día termine y no pudiendo disfrutar nuestra maternidad.
Y no me mal entiendas, por supuesto que habrá días así, en los que queramos dormir a los hijos a las 6 de la tarde para poder tener un respiro. Pero esto, no tiene porque ser el día a día.
Es entonces cuando tiene sentido que las mamás pidamos más paciencia, porque ¡ya no tenemos!. Quedamos vacías de tanto dar y dar sin tener tiempo para nosotras, para hacer las cosas que disfrutamos, para nuestro autocuidado y para “llenar nuestra taza”.
Pero entonces, ¿cómo hacemos para encontrar un balance, un equilibrio, para cubrir las necesidades de todos y al mismo tiempo las nuestras?.
La respuesta es y siempre será: empezando por nosotras mismas. Volteándonos a ver, observando y analizando nuestra vida, nuestras relaciones, nuestras necesidades y entonces haciendo cambios donde sea necesario.
Saber que está bien decir no a ese plan que no te dan tantas ganas de ir, pero que igual confirmas porque; “¿qué van a pensar, si digo que no puedo (o quiero), o si cancelo?”.
A dejar de competir con las otras mamás por ver quién tiene al “mejor” hij@ e inscribirlo en miles de actividades por la tarde (a las que obviamente tú tienes que llevarlos) sólo para demostrar lo buena mamá que eres. A sentarte cinco minutos y tomarte tu café caliente todas las mañanas, a disfrutar tiempo para tí, poniendo límites a los otros.
A decirle a tu hij@ “mi amor, dame 5 minutos y en cuánto termine esta llamada voy a ver los bloques que construiste”.
A dejar de sentirte culpable cuando dices: “No, no quiero. No me gusta”.
La única manera de tener más paciencia es observando aquello que detona nuestro comportamiento, nuestros gritos, nuestro mal humor. Los estímulos, personas o situaciones que nos tienen tan estresadas en el día a día, y por consiguiente, sin una gota de paciencia para nuestros hijos.
Porque seamos sinceras; cuando tu hij@ hace un berrinche, o no se comporta como tú esperas, o te pide algo sin parar, la manera en que tú reacciones dependerá 100% de tu estado de ánimo de ese momento, de lo estresada o no, que estés.
Ante una situación de caos, tienes dos opciones:
- Pensar que ya estás harta de los berrinches, que ya no puedes más y reaccionar pegando un grito o manazo.
- Detenerte, respirar, tolerar y acompañarlo en su emoción desbordada (lo cual, no significa que no le pongas límites).
Estas dos opciones van a depender de cómo estés emocionalmente TÚ en ese momento. Si tú estás calmada, dormiste bien, estás enfocada y conectada con tu hij@ y la situación, o si por el contrario; tuviste una mala noche, estás cansada, estás haciendo cinco cosas al mismo tiempo y ADEMÁS tu hijo empieza a hacer un berrinche o a no comportarse como tú esperas.
A veces, esto suena super complicado. Pero tranquila, es cuestión de práctica y repetir. Seguro no saldrá a la primera y no tiene que ser perfecto. Hay días muy buenos y otros no tanto. Lo importante es seguirlo practicando. Habrá veces que vuelvas a pegar de gritos y otras que todo es tranquilidad y todo eso está bien. Porque serás cada vez más consciente, y tu manera de responder tendrá una intención.
¡Día a día y poco a poco! Si no sale hoy, lo intentas mañana.
La mamá que fuiste ayer, no tiene por qué ser, la mamá que seas mañana.
Susana Vega,
Con cariño, Susana Vega.
Mamá de 2, Psicóloga Infantil y Coach en Crianza Respetuosa.
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