Maternidad

¡Mamá, lo estás haciendo bien…muy bien!

Cuando veo las piezas de legos por todos lados; dentro de la lavadora, en el tapete del cuarto, en mi bolsa e incluso en el bolsillo de mis pantalones, al subir las escaleras, debajo de la mesa y en cada rinconcito posible de nuestro hogar, constato que:

¡El caos es lo más real que estás viviendo y lo más abrumador que estás sintiendo!

Pero aún más cierto, es que:

¡El AMOR es lo más real que estás viviendo y lo más maravilloso que estás sintiendo!

El amor que crece cada día, en medio del caos y/o la calma, es lo que va transformando el corazón de todos en tu hogar; el tuyo como mamá, el de ellos como hijos.

En medio de esos días que se acumulan, pasan rápido, y de repente te das cuenta que de nuevo dejaron los zapatos, o necesitan una talla más de ropa, o repiten muy seguros mientras juegan lo que tratas de grabarles diario en el corazón: “Que son profundamente amados y maravillosamente creados…y ¡ah claro! Que su cuerpo es sagrado y lo respetamos, así como el de los demás.”

Cada día que tú te dedicas a estar, a sembrar, amar, re-conectar (mil veces o más) hasta pedir una disculpa cuando tú también hiciste berrinche o tuviste una explosión volcánica; es apostarle a este AMOR que edifica cimientos sólidos, cálidos, y sobre todo perdurables para su vida adulta.

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Sí, claro que es cansado, abrumador y muy repetitivo. Por eso, si alguien te quiere celebrar hoy, que sea con un relevo para que tú respires (porque bien dice Ann Voskamp, que “una mamá nunca deja de tener que respirar”, aún después del parto) te llenes por dentro y encuentres aliento para tu corazón, por todos los malabares y las maravillas que haces día con día. Seguido de un fuerte abrazo de tu familia, que celebre tu entrega amorosa y restaure todas tus fuerzas.

Cada día que tú te dedicas a estar, a sembrar, amar, re-conectar (mil veces o más) hasta pedir una disculpa cuando tú también hiciste berrinche o tuviste una explosión volcánica; es apostarle a este AMOR que edifica cimientos sólidos, cálidos, y sobre todo perdurables para su vida adulta.

Sally Clarkson, mi gran mentora en la maternidad, dice que: La maternidad es un gran maratón, y para correrlo bien, hay que cuidarse.”

Ese cuidado se logra verdaderamente cuando vamos entendiendo que, hay más paz en soltar, que en querer controlar. La maternidad nos enseña a elegir bien nuestras batallas y poner en la balanza si el orden y limpieza de la casa, son más importantes que la paz y la paciencia en nuestros corazones.

Sé por experiencia propia, que quizás por las noches, metida entre tus sábanas, piensas: “¿lo estaré haciendo bien?” También sé que tu lista no termina en la noche, cuando todos duermen. Tú sigues pensando en el menú de mañana, en el libro que tienen que entregar en la escuela, en esa amiga que tienes pendiente llamarle y hacerla sentir acompañada en su propia hermosa locura, piensas en  el abrazo, la palabra, la corrección o conexión, la mirada, y/o beso que faltó dar…

Hay más paz en soltar, que en querer controlar.
La maternidad nos enseña a elegir bien nuestras batallas y poner en la balanza si
el orden y limpieza de la casa, son más importantes, que la paz y la paciencia en nuestros corazones.

Hoy querida mamá, si te tuviera frente a mí, compartiendo la vida y un delicioso café, te diría lo siguiente:

¡Lo estás haciendo increíble, diferente, a tu modo! ¡Pide ayuda cuando lo necesites, o te sientas cansada, o algo perdida en este tema complejo de criar distinto. Pero sobre todo; disfruta el camino, goza a tus hijos, aprende de los errores, y sigue sanando…sigue amando!  (extracto del próximo libro).

Mamá, ¡lo estás haciendo bien…muy bien!

¡Sigue encontrando maneras de enamorarte de todo y de todos; sobretodo de tus hijos!

Tu amor y tu presencia son lo que más nutren y necesitan tus hijos para crecer y florecer. Pues es cierto que, cuando tú vas abrazándote en cada etapa, conociéndote aún en medio del caos, tú creces…y tus hijos junto a ti.

Una pequeña pieza de lego amarillo, aparece en la bolsa de mi pantalón; seguido de una gran sonrisa en el corazón…¡ser mamá de estos pequeños, que re-construyen cada día mi corazón!

¡Felicidades en tu día, querida mamá!

¡Dios te bendiga en esta noble y hermosa misión!

Con gran cariño y admiración, Mariana López.

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