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¡Una luna de miel, con Dios!
«¿Qué es Cuaresma, mamá?», pregunta mi hijo más grande; el de ojos profundos y pestañas tan largas, que parecen un abanico enmarcando su pequeño rostro.
Es un tiempo de caminar despacio con Jesús. Es un tiempo de ser conscientes de nuestra fragilidad y sed de restaurar nuestro corazón de piedra, por un corazón de carne (Ezequiel 36:26). Es un tiempo a veces incómodo – porque cambiar el corazón de piedra es bastante incómodo y doloroso – pero muy necesario para recordar que no sólo somos polvo, sino AMADOS…¡PROFUNDAMENTE AMADOS!
Y poder amar así, como Jesús amó; ¡hasta el extremo!.
Nuestro Dios no se cansa de regalarnos su GRACIA. Y en este tiempo de guerras y poca hermandad, pandemia, enfermedades o sucesos inesperados, y rumbos que tomar; tampoco es la excepción.
Así que, invito a los pequeños a tomar una piedra, mientras les preguntamos mamá y papá: «¿por quién desean orar y pedir a Papá Dios su Gracia?»…
«¡Abuelo Pon. Abuela Sara. Abuela nena!» – exclama en voz fuerte el más grande de nuestros niños. Mientras el chiquito de la familia, repite los mismos nombres, muy seguro de su elección también.
Escribimos los nombres en la piedra. Mamá elige la piedra más grande – por aquellas personas que más trabajo nos cuesta amar, aceptar, perdonar -. ¿Acaso no dije al principio que, cambiar el corazón de piedra, es incómodo y doloroso?. Me queda no sólo tragarme mis palabras; sino vivirlas. Vivir el incómodo, pero necesario camino de Cuaresma.
Y aquí vamos todos. Tú también invitada/invitado – desde la espiritualidad que vivas- a recorrer el camino de más vida, más transformación y afirmación de tu verdadera esencia:
Una bella a mujer – que ha acumulado más sabiduría, que años – me enseña en un fin de semana, otro aspecto que no había descubierto sobre la Cuaresma. Y en tres días de silencio, mi corazón es testigo de las maravillas que – como esta sabia maestra expresó -, una luna de miel con Dios, puede restaurar lo más profundo de nuestras heridas, dudas, dolores o cansancios.
¿Quién no recuerda su luna de miel, como un momento prolongado de esa entrega amorosa, esa dulce dicha de intimidad y conexión, esa pausa para seguir procesando el amor y la ternura entre los esposos, completamente solos?…
Tres días y me rompo en este amor que me recuerda ayunar del pasado, de mis caídas y heridas, de mis errores; y los de los demás también. El silencio me invita a dejar ir todo, para derretirme toda en este amor. Y aprender a permanecer – un poco más, cada día un poquito más – en esta luna de miel, a la que todos somos invitados y ansiosamente esperados.
En la casa donde compartí, junto a otros peregrinos este fin de semana de retiro, hay un letrero que expresa:
Ese dulce silencio, abraza la desnudez de nuestra hunanidad; a veces tan rota y perdida.
Ese dulce silencio, ilumina nuestros rincones más obscuros y testarudos del corazón, para hacerlos más ligeros y suaves.
Ese dulce silencio, es la llave para soltar las cargas y poder ver nuestra verdadera esencia…
Ese silencio que, en muchas ocasiones tanto tememos y evitamos de diversas maneras, es a veces lo que sólo necesita tu Dios – Padre de AMOR – para recordarte que nunca te ha dejado, nunca te deja, y nunca te dejará.
Sólo necesitas decir Sí, a una luna de miel con Dios.
Con profundo cariño,
Mariana López.
*Material Extra*
*Encontrarás algunas herramientas aquí abajo, de diversas personas que han dicho sí a su luna de miel, y tienen recursos maravillosos para acompañar este tiempo de Cuaresma.
Si tienes algún otro recurso, lo puedes compartir en los comentarios. ¡Me encantará aprender sobre tus recursos también!
Deseando acompañen y sobretodo restauren el corazón.
- Ejercicios Espirituales y Retiros de los Jesuitas.
- Ann Voskamp: www.annvoskamp.com/2022/02/war-wilderness-the-why-way-of-lent/
- Cristóbal Fones sj. 40 cantos para acompañar la Cuaresma. Disponible en su canal de Telegram: «Cristóbal Fones».
- She Reads Truth Podcast.