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¡Celebrando la VIDA: olvidar lo que dejas atrás y lanzarte a lo que está por delante!
Mientras tomaba el pequeño jarrito caliente entre mis manos, lleno de un aroma exquisito, él me mira profundo y expresa asertivamente: “¡Vives tus sentimientos a flor de piel!”. Una lágrima derramó por mi rostro, como si sentirme leída fuera un regalo que enchina la piel.
¿Qué pasó?, me preguntó él.
Una pregunta difícil de dejar pasar por alto en el corazón.
Cómo le explico que, estoy acomodándome por dentro y descifrando si fue al ver ese rostro hermoso de una bebé de escasos cuatro meses de vida, cargada por su madre y rebotando al caminar, con la sonrisa de felicidad más bella que haya visto. O si me sentí reflejada en esa ternura de bebé –sobretodo en estos últimos dos años de pandemia –, cuyo camino de transformación me ha hecho rebotar el corazón en terapia interminablemente, y finalmente comienzo a sentir mi corazón más libre y pleno. Sintiéndome en brazos de mi Abba –que se deleita cual Padre al vernos crecer, sobretodo cuando sabe de nuestro dolor y lo ha hecho tan suyo –.
O cómo le explico que ver ese rostro, es una confirmación de la VIDA que se nos regala. Pero también de la VIDA que estamos llamados a cuidar, a velar, a encaminar…y cómo resuena eso en el corazón, al pensar que nuestra familia está abierta –quizás– a un tercer integrante.
Si algo hemos aprendido estos años juntos –y ha sido mi mejor regalo desde que conocí a mi esposo –, es este sabio y añejo consejo, de San Ignacio de Loyola: “gustar y sentir todo internamente”.
Y eso dicen mis lágrimas…
Lo leo en el libro que me acaba de regalar, pero lo siento en mi corazón como una profunda verdad:
«Todos somos creados desde la intimidad, para la intimidad.»
Ann Voskamp, Waymaker.
¿No ha sido esa intimidad, la que me ha salvado –incluso de mi misma y de no querer soltar el pasado–?. ¿No ha sido esa cercanía de los amigos, pero sobretodo de mi amado esposo; la que me ha cobijado bajo sus alas en las tormentas de los últimos dos años?. ¿No ha sido esa práctica de intimidad con Dios Amor –que el querido Padre Alex Zatyrka sj., nos enseña cada jueves y en cada misa – la que ha hecho más disfrutable el silencio y mis encuentros con Dios Amor?. ¿Y qué decir de los espacios para abrir la intimidad de mi corazón, en terapia -con mi talentosa y querida Vicos- y con dos queridos acompañantes espirituales, Hermana Carina Fabro y Juan Pablo Romero sj, escuchando atenta su sabiduría para caminar mejor?, ¿Y qué hay del regalo más íntimo: ser mamá y crecer junto a mis hijos, cada día?…
Así llegan en el corazón estos treinta y cinco años en mi vida; gustando y sintiendo el camino recorrido. San Pablo expresa sabiamente mi deseo, al celebrar nueva vida…
Antes de ir a soplar mis velas –dejando atrás los años recorridos, para lanzarme a lo que está por delante – deseo compartirte estos valiosos aprendizajes que pueden ayudarnos a celebrar mejor la vida.
¡De corazón a corazón, deseo traigan mucha vida a tu camino!
- Olvida pronto lo que dejas atrás: pasado, rencores, fragilidades, problemas, angustias, enojos. Olvida pronto y deja atrás, para ir más ligera y plena en tu camino.
- La risa es medicina para el alma: ¿hace cuánto no ríes hasta el punto de llorar, correr al baño, y/o doblarte de alegría?…¡Eres invitada a reír más, incluso a hacerte cosquillas si es necesario!
- El encuentro de amor en el silencio es una verdadera fortaleza en tu vida. ¡Cultiva ese silenco!. El silencio es claridad, es plenitud, es recordar tu verdadera esencia: ¡Siempre profundamente AMADA. Siempre profundamente AMADO!.
- Aprende a ser como niño: que canta, que baila, que juega, que se asombra, que perdona y olvida rápido, que confía sin límites, ama sin límites y expresa el corazón sin censura alguna.
- Agradece: cuenta un días tras otro, los regalos de amor que se te entregan. Como expresa Ann Voskamp: ¡Todo es GRACIA!
Y sí, también vienen decisiones a las que lanzarme. Abrazando cada una con calma, confianza y paciencia…
- Mi escritura como una práctica formativa del corazón, de los anhelos y sueños más profundos –como hacerte sentir acompañada y alentada– .Y un próximo libro escribiéndose a fuego lento y profundo, con todas las pequeñas/grandes decisiones que conlleva.
- Decisiones que implican nuevas danzas en nuestro camino como familia.
Todo lo dejo en manos de Dios Amor, como San Ignacio decía: Ad maiorem Dei gloriam.
Te dejo mi abrazo mientra soplo las velas; dejando atrás y lanzándome a lo que está por delante.
Con profundo cariño,
Tu amiga, Mariana López.
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Marianita! Siempre tan cerca de Dios ! Gracias por compartir esta hermosa reflexión !! Dios sabe porque suceden las cosas !! Ya verás que Rafita estará bien con tus cuidados y amor el es muy feliz !! Duele si ya lo creo pero Dios sabe y te alienta a crecer más !! Te acompaño con mi corazón y mis oraciones !! Te admiro y eres un ejemplo para mí ! Dios te siga iluminando y fortaleciendo siempre !! Besos
Bendiciones querida Lulú, gracias por todo el cariño y oraciones. Un abrazo cariñoso. Mariana LJZ.