¡Cuando nace una mujer; de adolescente a adulto!

Por: Mónica Rojas Fernández.

Amelia es una Adolescente como lo fui yo, y ahora como lo son mis hijas; que con tan sólo 13 años, buscan ser comprendidas, aceptadas y no juzgadas.

Buscan entender qué está pasando con ellas mismas….

Somos justicieras desde muy pequeñas, pero la sociedad nos impone reglas, etiquetas, paradigmas y tradiciones sin importar nuestros sentimientos, solo hay que seguir con el legado porque si te sales del mismo eres extraño; cuando lo normal es  ser auténtico.

Durante milenios hemos ido buscando la aprobación de todos, en especial de la familia, una familia con una tradición firme y fuerte. De aquellas mezclas de culturas, mamá Venezolana y papá Español, donde no hay cabida a la aceptación de nuevas etapas. Es una época de transición que hay que mirar con lupa; pero con lupa de mucho aumento.

Pero como si fuera poco, tenemos que encajar en todo y aquí la familia juega un papel sumamente importante, tenemos un conjunto de culturas mezcladas a nivel mundial que no son nada fáciles. Miramos el rol de madre, una madre que sólo quiere proteger a su hija porque ella también fue niña y tuvo los mismos miedos, las mismas incertidumbres, la misma agobia por ser comprendida, puede que aún más por la época en la cual les tocó vivir sus 13 años. Pero ahí es donde nosotras podemos darle valor a saber cortar lazos, tomando en cuenta nuestro modelaje familiar, lo que nos enseñaron, lo que queríamos para nosotras, cómo deseábamos ser escuchadas, ahora quiénes somos y qué queremos para nuestras hijas.

Buscamos refugio en nuestras amigas, aquellas a las que atesoramos tanto por hacernos sentir siempre que somos especiales. Comenzamos juntas a definir nuestra personalidad, a descubrirnos y poder encontrar la luz del entendimiento, sin rebelarnos para no ofender a nadie (Familia-Sociedad), pero muchas veces se torna muy difícil porque intentamos comprender a nuestros monstruos (cambios de humor, emociones, personalidad) y así ocurre cuando sale el hermoso “Panda Rojo” el cual representa perfectamente lo que sentimos en esta edad.

Particularmente siento que debemos detenernos y observar en silencio sin juicios, aceptar que somos seres individuales, que nuestras hijas solo están de paso y que nuestra labor siempre será velar por su bienestar pero sin interrumpir su desarrollo natural de mente, cuerpo, espíritu y emociones. Así que lo mejor que podemos hacer después de observar es: apoyar, conversar, comprender y sobretodo respetar.

Si hay que corregir, es mejor hacerlo en la intimidad. Somos vulnerables 100% y tu hija siempre querrá ser la mejor para que le des tu aprobación según tus reglas y condiciones. Pero si anulas su voz y escucharla, anulas su autonomía, su equilibrio y su toma de decisiones.

Ciertamente hay muchas cosas que se nos escapan de las manos y que quizás no estemos de acuerdo, pero recuerda que sus 13 años no son los tuyos y que su etapa no es la tuya.

«Sólo brinda tu mano de amor y compasión, asume las cosas con naturalidad y regresa a tus trece años, como hubieses querido ser tratada y comprendida».

Mónica Rojas.

Ellas nunca harán nada para dañarnos conscientemente. 

Nuestras hijas son nuestras mejores maestras de vida, de mujer a mujer, sencillas, humildes, transparentes, vulnerables y muchas veces el ego no nos permite ver más allá, pero efectivamente muchas veces tenemos que bajar la guardia, podemos pedir disculpas sin sentir que somos menos “autoridad”, así ellas nos ayudan a sanar nuestra niña herida, nuestra niña que siempre fue y será parte de nosotras.

Deja que en este transitar, ellas se descubran y dejen de ser tan duras consigo mismas.

Juntas somos más fuertes, para creer, crear y crecer…

¡Quédate cerca, pero sin invadir su espacio!

Mónica Rojas Fernández.

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Hola, Soy Monica Rojas Fernandez, Venezolana viviendo en España hace 15 años.

Soy una mujer sensible, noble, solidaria, compasiva, amorosa, leal y fiel amiga pero sobre todo amante de mi familia.

Fui madre a los 25 años de una hermosa adolescente de 15 años actualmente, mi hija Paula una niña llena de calma, paciencia y madurez increíble, ha sido la gran maestra y la que le ha dado la apertura máxima a el rol más sublime, vulnerable y lleno de desafíos que había podido tener hasta entonces, luego llega Samantha a tan solo tres años después, es la chispa de la casa, es una niña con encanto, con nobleza y sutileza pero con un carácter indomable.

Felizmente y agradecida a Dios de estar casada con un hombre extraordinario, mi amigo, mi compañero, mi apoyo sin juicios, el que siempre está detrás sosteniéndonos, el que da sin esperar nada más que una sonrisa o un abrazo, mi amado Israel, un hombre paciente, silencioso y astuto.

Soy Diplomada en Psicolingüística en formación integral.Certificada en Dinámica de grupo en Psicolingüísta.Gestión Emocional- Crianza Respetuosa.

Cuenta con un Certificado de Participación en «La 1era. edición del Taller Toma Control de tu Vida», con varias herramientas en: leyes de psicolingüística, estilos de pensamiento, paradigmas, y gestión de las emociones.

Mónica Rojas Fernández.

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