Son las 4 a.m., a veces me da un insomnio fatal, pensando en el millón de pendientes: trabajo, casa, familia, y todo lo que tengo por hacer. Decidí aprovechar el insomnio para ver mi serie favorita que siempre me pone un poco sentimental, después de una hora la apago y con toda la tropa dormida en mi cama, recargo la cabeza en la mano de uno de mis hijos, tomo con mis manos la otra manita y a mi esposo, mientras pienso: ¡¡¡son las tres mejores manos del mundo entero!!!
Agradezco el momento, y pienso en que un día ya no van a estar todos ahí en mi cama cada noche. Me doy cuenta de lo poco que realmente he conectado con ellos en las últimas semanas, preocupada por un sinfín de cosas que al final van a salir como tengan que salir. He dejado de verlos y no he logrado conectar de forma natural, me ha costado peleas y mucho esfuerzo.
Entonces pienso en autocuidado, ¿cómo lograrlo cuando tengo tres personas que cuidar, millones de pendientes por atender y una casa entera llena de cajas porque me mudare en dos días?. Si mi esposo estuviera leyéndome diría: “es que te exiges demasiado Pao”, y SÍ tiene razón me exijo tanto, que conectar conmigo o con los demás no está saliendo de forma natural. Y pienso demasiado clara la respuesta: EL AUTOCUIDADO ES EL PRINCIPIO DE TODO.
Si yo estuviera mejor físicamente, si durmiera mejor, tomara más agua en lugar de tanta coca light, dejara de fumar, y moviera más mi cuerpo: tendría seguramente la energía que necesito para conectar con mi esposo y con mis hijos, que muchas veces me piden jugar y lo hago agotada deseando que el día ya termine.
Irónicamente las mujeres nos volvemos esposas, mamás, empleadas del mes y nos dejamos al final, pensando que es lo correcto, cuando si nos pusiéramos en primer lugar seguramente el resto fluiría mucho mejor. Si yo no estoy al 100% le doy a mi familia pedacitos de mí, y a veces esos pedazos ni siquiera son los mejores.
Así que bajo por un buen café y escribo esta idea para no olvidarla nunca: “Las tres personas que más amo en el mundo, por quienes me “desvivo” todos los días para que tengan comida rica, ropa limpia, una casa bonita, y una rutina sana, a veces sienten que no los valoro o incluso que no los quiero, porque estoy tan abrumada por darles lo mejor que sale lo peor : gritos, cansacio, falta de energía y tiempo (aquí una ironía: “pero si te estoy preparando tu cena favorita, estoy ocupada, como quieres platicarme ahorita sobre tu día?”), así que decido exigirme menos perfección, dejar la culpa a un lado, y darme ratos solo para mi!
Decido ponerme primero yo antes que la casa, las entregas, las sesiones, y SI antes que mis tres personas favoritas.
Ese día que ya no estén en mi cama, quiero que se acuerden no de la casa perfecta, sino de que antes se dormían con la persona que les enseño lo que es el verdadero amor, empezando por el amor a uno mismo.
Compartiendo con cariño, Paola Cárdenas.
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Paola Cárdenas Quintana, es arquitecta, casada y mamá de dos hijos. Trabajó 14 años construyendo tiendas departamentales, en la pandemia renunció para dedicarse a su familia. Actualmente es estudiante del Método de Paternidad Efectiva, y creó la cuenta @Mamma_ Attenta, una comunidad para compartir la maternidad real.