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¡La herramienta secreta de la maternidad: los cuentos infantiles! Por Ximena González. Barco de Letras.

Hoy en día las pantallas han tomado gran popularidad entre los niños y sobre todo se han considerado como una herramienta “de paz” para muchos padres de familia. Recuerdo que en el 2017 cuando acababa de renunciar a mi trabajo corporativo, fui a un restaurante con unas amigas, y con un ritmo “más calmado” pude observar cuántos bebés y niños estaban mirando pantallas mientras sus padres comían. Uno en específico me llamó mucho la atención porque tenía alrededor de 7 meses y estaba sentado en su carriola completamente hipnotizado por el celular que le habían puesto sobre la mesa.

Ese día algo pasó en mí y comencé a darle muchas vueltas al tema de las pantallas, me preguntaba ¿cómo le hacían mis papás para entretenerme cuando yo era pequeña?, ¿por qué los padres de familia solo traían el celular o tableta y no juguetes o libros?, ¿qué tan sano era para los bebés y los niños estar conectados a las pantallas en todos lados?. Mi mente continuó con mil preguntas más relacionadas a los problemas sociales, y los obstáculos con los que se topan frecuentemente los papás en la crianza, educación y entretenimiento de sus hijos.

En 2018 emprendí “Barco de Letras”, un proyecto social que buscaba dar respuesta a estos problemas ofreciendo un “taller de imaginación” a niños para promover la lectura sin dispositivos electrónicos. Gracias a ese taller pude presenciar y vivir la pasión y emoción que aún los niños tienen por los cuentos infantiles, las manualidades, los juegos de herencia (así le llamo a los típicos juegos con lo que yo me entretenía de chiquita como las escondidillas, paletas heladas, etc.), por cantar, recitar poemas, entre muchas cosas más.  

Me di cuenta de que los niños tienen mucha “sed” de expresarse, de imaginar, de ser creativos y que pueden hacerlo en un espacio divertido y seguro en convivencia de otros niños y sin necesidad de interactuar con pantallas. A veces (o casi siempre) somos los adultos los que pensamos que no tienen otra manera de entretenerse o le tenemos miedo a que tenga momentos de aburrimiento, sin embargo, esos son momentos clave para que el niño explote su creatividad y sea su imaginación quien lo invite a entretenerse con cualquier cosa.

«Los niños tienen mucha sed de expresarse, de imaginar, de ser creativos
en un espacio divertido y seguro…sin necesidad de pantallas.»

Ximena González.

Tener espacios de ocio son muy necesarios incluso en la adultez, nos desarrolla habilidades y competencias que nos servirán toda la vida como el ser creativos, flexibles, innovadores, adaptables al cambio, teniendo iniciativa, tomando decisiones y enfocándonos en solucionar problemas, entre otras. Hoy en día estas competencias son de las más valoradas en la vida laboral y son una gran herramienta para transitar en la sociedad actual. Cuando trabajaba en corporativo no saben cuántos becarios universitarios conocí que el mundo se les cerraba con cualquier obstáculo así fuera “de sentido común” resolverlo.

Tomemos conciencia; no es lo mismo que se nos “duerma” el cerebro frente a la televisión/redes sociales y solo recibamos estímulos e información de forma unilateral, a que estemos leyendo y pensando de forma bilateral con un libro o interactuando con nuestras manos al estar haciendo alguna manualidad, ¡imagínense el beneficio de esto para el niño cuando está en pleno desarrollo neuronal!

Lo que busco inspirarte con este artículo va más allá de ser una emprendedora obsesionada en promover el amor y beneficio de la lectura, porque no solo busqué respuesta a mis preguntas y preocupaciones sociales, si no que pude palpar mi “solución” desde la maternidad.

En 2019 me convertí en mamá y aunque siempre fue mi sueño serlo, la maternidad me revolcó durísimo y ni vi venir la ola. Tal vez tenga oportunidad de compartirte más adelante sobre mi historia, pero en resumen viví violencia obstétrica, mi hijo tuvo intolerancia a mi leche, por lo que mi lactancia fue muy complicada, acabamos con neuróloga en una clínica de sueño por un trastorno de activación y para rematarla llegó la pandemia cuando Santi tenía 8 meses y no teníamos red de apoyo.

Vivo en CDMX, pero en pandemia tuvimos la bendición de aislarnos en una casa en el campo y ahí realmente entendí la nula necesidad que un bebé esté expuesto a pantallas. Viví la riqueza que tiene la naturaleza para un bebé en pleno desarrollo sensorial y el gran tesoro que son los cuentos infantiles.

Desde que Santi estaba en mi pancita le leía cuentos en la noche y era mi acompañante en las narraciones de cuentos en el taller de Barco y también en un Montessori. Cuando nació fue magia para mi poder contarle y narrarle cuentos todos los días. En mis conferencias hay papás que me preguntan que a partir de qué edad pueden comenzar a fomentar el hábito de lectura y con todo orgullo desde mi experiencia les contestó “¡empiecen ya! entre antes mejor!”.

«‘¡Empiecen ya, a contar cuentos…entre antes mejor!»

Ximena González.

La clave para que los libros realmente sean una herramienta de entretenimiento es tenerlos presente en todo espacio y momento: en el coche, en el cuarto, en el baño, en la tina, en el comedor, en el restaurante, en el avión y siempre uno en la pañalera por si es necesario sacarlo en el parque o en cualquier lugar donde pueda tomarse un tiempo para explorarlo.

A Santi y en general a los niños les encanta “la novedad”, así que otra clave es tener variedad de todo tipo de libros: con texturas, con sonidos, con un títere, de plástico, de cartón, de tela, de papel y es muy importante que además estén disponibles a su altura para que se motiven a explorarlos y sean de fácil acceso. Cuida mucho que no estén guardados o puestos en libreros o estantes altos.

Conforme Santi fue creciendo el cuento se convirtió en una herramienta super útil para “espejear” algún miedo o ansiedad que sentía o para que los personajes e historias lo motivaran a hacer algo o a imitar comportamientos sanos. En los cuentos puedes encontrar todo tipo de historias y abordan muchos valores. Por ejemplo, Santi tenía un libro que lo motivaba a dejar el pañal, otro sobre dormir solo en su camita, otro sobre la importancia de compartir, otro para identificar y expresar sus emociones y así puedo seguir con un pergamino de cuentos que le enseñaron algo en particular y que a mí me ayudaron a reforzar algún mensaje con él. Todo lo que te puedas imaginar y necesites para transmitir un mensaje lo encontrarás en los cuentos infantiles, y si no lo tienes en casa o no lo encuentras o no quieres comprarlo; siempre podrás crear tu propio cuento y narrarlo de manera especial a tu hijo en el momento que consideres conveniente. Yo recomiendo hacerlo antes de dormir porque con Santi ha sido mi momento mágico y sagrado para fortalecer nuestro vínculo, pero seguramente tu sabrás mejor cuál es el momento ideal para ustedes.

Antes de despedirme quiero preguntarte: ¿cuál crees que es la mejor herencia que pudieras dejarle a tu hijo si llegaras a faltar? A tu mente podrán venir muchas ideas… o tal vez tengas muy clara tu respuesta. Yo quiero compartirte que después de tres horas de discusión en un taller de la maestría, me convencí que la mejor herencia es “la seguridad en sí mismo”; su autoestima o amor propio. Si ellos se aman y tienen la certeza de que pueden lograr lo que se propongan, entonces podrán enfrentar y vivir la vida con sus luces y sombras. Yo estoy convencida que los cuentos infantiles te abren las puertas a tener un momento presente y mágico con tu hijo, esto brinda un espacio que refuerza tu vínculo afectivo y conecta con él a través de millones de historias. Utiliza esta herramienta secreta para nutrir su autoestima y el amor profundo que le tienes.

Con gran cariño, Ximena González.

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*Te comparto cuentos narrados de Navidad para ir despertando el espíritu navideño con tu chiquitín, y tal vez alguno termine siendo un lindo regalo en esta temporada.

La galletita de jengibre:

Rodolfo el reno:

La pequeña duende de Navidad:

Un muñeco de nieve friolento:

El zapatero y los duendes:

Oso se queda despierto para Navidad:

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BIO

Ximena González Arzac.

Fundadora de Barco de Letras, educadora, conferencista y cuenta cuentos.

Soy comunicóloga de profesión, orgullosa mexicana felizmente casada y mamá de un chiquitín de tres años que amo con todo mi ser.  Algunos datos curiosos de mi: fui niña Montessori, hice Gimnasia Olímpica, en algún momento consideré ser cantante, escribía cuentos cortos fantásticos y siempre me ha gustado pintar (ahora con acuarela).

Durante muchos años trabajé en el área de marketing en el sector financiero, sin embargo, en el 2017 decidí dedicarme a lo que realmente más me apasiona: los niños, la educación, la imaginación, la lectura y el altruismo.

Gracias a los “talleres de imaginación” y al programa “Un Cuento a la Semana” he fomentado el hábito de lectura en más de cuatro mil niños y podido transmitir a padres de familia mensajes clave para mejorar la educación y crianza de sus hijos.

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